De vuelta un domingo más!
Hoy han estado los cuatro chicos y ha sido un día muy fructífero.
Catalina, quien me reemplazará los dos próximos días, ha llevado la sesión.
Hemos empezado por una primera parte de despertar corporal, como cada día. El trabajo de respiración nos ha llevado ha crear un bola que iba creciendo y creciendo y moldeábamos con cada parte del cuerpo. Para cada uno ha sido de un material y de un color diferente: había una de chicle toda de luz, otra de jabón irrompible de color verde con lunares azules, otra de plastilina naranja, roja, verde y azul, la cuarta de papel también naranja, verde, azul y roja y otra de material elástico toda azul celeste.
De ahí han pasado a descubrir cómo es vivir en la piel de un animal salvaje: conejo, canguro, lobo, gorila, pantera, zorro... ¿Cómo mira ese animal? ¿Cómo camina? ¿Cómo se tumba? ¿Cómo reacciona si se encuentra algún objeto extraño? ¿Qué sonido emite, cómo "habla"?
En un segundo tiempo hemos hablado de la importancia de la naturaleza y de la vida para los aborígenes; de los ritos de caza y de cómo respetan la esencia del ser se trate de plantas, animales u hombres.
A partir de ahí, nuestros pequeños han trabajado los 4 elementos (tierra, aire, agua y fuego) buscando una acción que defina cada uno de los elementos. Así se han ido transformando en gusanos que escarbaban la tierra y la sentían por todo su cuerpo; mariposas gráciles y ligeras moviéndose por el espacio y posándose en las flores que iban encontrando en el camino; y de repente, abofeteadas por el viento, se han convertido en águilas con unas alas grandes, bien abiertas sobre el mundo y unas garras fuertes que se posaban sobre las ramas de los árboles.
El próximo día continuarán explorando el agua y el fuego.